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"Llamamiento a la Declaración de Independencia"
de Jean Jerome Ferris

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.
Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad

"La campana de la Libertad" por Jean Jerome Ferris



Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno La historia del actual Rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.

(Aquí los colonos exponen unos veinticinco agravios concretos de que acusan al monarca británico. Entre otras cosas... se ha negado a dar su asentimiento a las leyes necesarias para el bien público; [nos ha impuesto] "contribuciones sin nuestro consentimiento", etc.) 
En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes: a nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos agravios. Un Príncipe, cuyo carácter está así señalado con cada uno de los actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre. 
Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos británicos. Los hemos prevenido de tiempo en tiempo de las tentativas de su poder legislativo para englobarnos en una jurisdicción injustificable. Les hemos recordado las circunstancias d e nuestra emigración y radicación aquí. Hemos apelado a su innato sentido de justicia y magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vínculos de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirían inevitablemente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, convenir en la necesidad, que establece nuestra separación y considerarlos, como consideramos a las demás colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la paz, amigos. 
Por lo tanto, los Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso General, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente hacemos público y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y deben serIo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes.
Y en apoyo de esta Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor. 


"Firma de la Independencia"
de John Hancock Insurance


 




UNA DECLARACIÓN TRAICIONADA

Esta revolucionaria declaración, madre de otras declaraciones que se sucedieron en el mundo y el continente años después, fue traicionada con el correr de los siglos venideros.
Sin embargo muchos norteamericanos fueron sintiendo y advirtiendo sobre los peligros de apartase del espíritu original que dio cuerpo a la democracia moderna, su apego a la libertad y la igualdad entre los hombres, madre ademas de la confianza y la solidaridad social.

En pleno siglo XX, uno de sus estadistas mas destacados John Fitzgerald Kennedy, supo advertir sobre el avance que sobre el sistema democrático se venía construyendo oscuramente. 

Su lucidez y compromiso con el espiritu original de la revolución que diera origen a su nación, le costaron la vida. He aquí su último y preclaro discurso a la prensa de su país. Sobre él es indispensable hoy, reflexionar.







El Motín del Té

Habían nacido hartos de la monarquía, de sus caprichos, de sus abusos, de sus desprecios… y sus sobreprecios. Con esa misma carga habían llegado a estos lares desde la lejana Inglaterra un día de primavera de 1621 (en el buque "Flor de Mayo" Mayflower).






Algo de aquellas mismas mañas que los habían exiliado, practicaron con las Primeras Gentes de estas tierras: caprichos religiosos, abusos físicos y morales, desprecios … y sobreprecios.
En los últimos tiempos los impuestos abusivos los habían exasperado.
Paradójicamente vestidos de indígenas (con el secreto afán de incriminarlos), habían arrojado al agua la pesada carga de té e impuestos que el rey les exigía.
El desafío se convirtió en fiesta –“Boston tea party”- y los bostonianos vieron flotar el té en sus orillas por semanas.








Aquella noche su rey comenzó a verse más pequeño… y no precisamente por la distancia.





THOMAS PAINE: "Age of Reason"

***


Dijo de él Bertrand Russell:

"Para nuestros tatarabuelos era una especie de Satán terrenal, un infiel subversivo, rebelde contra su Dios y contra su rey. Su destino fue siempre ser honrado por la oposición y odiado por los gobiernos.


Este inglés de origen y norteamericano por adopción, autodidacta, liberal en tiempos de falta de libertades, dio sentido a la futura independencia de las colonias inglesas en América.

El podio donde se paró para hablar con el pueblo fue el sentido común. Y como hombre común le dio sentido a lo que todos sabían y nadie se permitía decir desde hacía centurias, a saber : Que la base de todas las monarquías es la fuerza y aún la rapiña y no el honor. Fue más que suficiente.

“Common Sense” (Sentido Común) llamó a su escrito y con él se explicó toda la Independencia de un continente.



Vosotros los que amáis a la humanidad ¡alzaos!



Se ha dicho que en verdad Common Sense carece de argumentación, característica por otro lado del sentido común, sin embargo la gran fuerza intelectual de la obra de Pane radica en el ataque frontal a la lógica de la época y en los supuestos en los que se apoyaba. Es decir, falta profunda argumentación, pero hay “una nueva mirada” de los viejos problemas que subyuga al lector.

Escribe Pane:

“Como el vestido el gobierno es el símbolo de la inocencia perdida, los palacios de los reyes están edificados sobre las ruinas de las glorietas del paraíso”
En cuanto a la tan alabada Constitución de Inglaterra “era noble para los tiempos sobrios y esclavistas…”

Con respecto al origen de las monarquías, a quienes las fundaron Pane dirá…”seguramente no fue mas que el principal rufián de alguna inquieta banda que con sus maneras salvajes y su mayor sutileza consiguió imponerse como jefe entre los saqueadores de su misma calaña y que acreciendo su poder y ampliando sus rapiñas, obligó por el terror a los tranquilos e indefensos habitantes a comprar su seguridad mediante frecuentes contribuciones.”

De los monarcas ingleses dirá: “nadie que este en sus cabales podrá afirmar que la pretensión que esgrimen de basar su dinastía en Guillermo el Conquistador, es muy honorable. Hablando claro , un bastardo francés que desembarca con una partida de bandoleros armados y se declara rey de Inglaterra contra la voluntad de los nativos, es un vil y consumado truhan.”

El estilo lírico y la carga emotiva hacen que el escrito de Pane suene profético:

No ha brillado nunca el sol sobre una causa mas noble. No es este el quehacer de un día, de un año o de una época, la posterioridad esta prácticamente empeñada en aquella porfía y en ella repercutirá hasta el final de los tiempos lo que ahora se haga. (…) Todo lo que es justo y razonable aboga por la separación. La sangre de los muertos la voz plañidera de la naturaleza gritan: Ha llegado el momento de separarse”

Y Pane termina con su más vigorosa invocación

“Vosotros los que amáis a la humanidad vosotros los que osáis oponeros, no solo a la tiranía sino también al tirano ¡alzaos!. El viejo mundo esta totalmente dominado por la opresión. : La libertad ha sido perseguida por toda la tierra, Asia, África la han expulsado desde hace mucho, Europa la considera una extraña; Inglaterra le ha dicho que debe desaparecer. Recibid a los fugitivos y preparad con tiempo un asilo para la humanidad.”


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