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La revolución francesa dió nacimiento a facciones políticas que ejercieron fuerte ascendente en los revolucionarios de la América Española. Una de esas facciones fue la de los jacobinos (llamados así por reunirse originalmente en el Convento de Jacobinos de Toulouse), herederos revolucionarios de las ideas russonianas.
De acuerdo con esto los jacobinos desarrollaron su modelo de representación política, según la cual los parlamentarios debían ser controlados y aún coaccionados por el poder del pueblo, que se expresaba a través de los clubes, las sociedades patrióticas o las fuerzas armadas populares, quienes con su acción deberían evitar la corrupción de las ideas revolucionarias.
Así se llegó a la existencia de un doble poder: el poder parlamentario, depositario de la soberanía de la Nación y el poder de la calle o activismo popular -representado por los sans culottes- de carácter coercitivo.
Activistas revolucionarios franceses
Fuerzas de choque callejeras
Fuerzas de choque callejeras
Jean Jacques Rousseau desplegó una concepción del Estado como custodio del bien común y encargado de la cohesión de la sociedad, expresada en el concepto moderno de Nación como unidad indivisible. La soberanía para él reside en el pueblo y no en el cuerpo de sus representantes encargados del gobierno. El interés común para Rousseau da origen a la voluntad general, entidad entendida como mucho más que el todo sumatorio de las individualidades. Su producto es el bien común.
Para los jacobinos, amantes de la republica, el apego a la Ley, a la Constitución, o a la unidad nacional, los lleva a centralizar el poder para garantizar la defensa de esa unidad contra los ataques extranjeros. Ponen en práctica los principios enumerados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y sintetizados en el lema Libertad-Igualdad. Con ese fin, amplían el papel del ciudadano, al que instan a participar activamente en la vida política. En 1789, proclaman las libertades civiles, la libertad de prensa y la libertad de conciencia.

Revolucionario francés
por J. L. E. Meissonier
por J. L. E. Meissonier
“Los Jacobinos respetaban la propiedad privada y obraron para que las clases populares pudieran tener acceso a ella. Al mismo tiempo, condenaron a los grandes terratenientes tradicionales, como la nobleza y la Iglesia, principales exponentes del feudalismo del Antiguo Régimen. Sin embargo, no lograrán la deseada repartición de los bienes nacionales.”
Muchos grupos en Norteamérica, Santo Domingo (Haití), y aún en Brasil serán de moción jacobina.
Estas ideas son las que inspirarán a Mariano Moreno, Castelli, Belgrano, Paso, y otros revolucionarios de Mayo, en el Rio de la Plata. El Espíritu de ese Mayo tendrá esta carga ideológica: la de un sistema de ideas jacobino.
Fuente principal de consulta:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jacobinos#El_jacobinismo_fuera_de_Francia
El primer sonar de campanas repicando a la Libertad, la Igualdad y la Independencia es mérito de Caracas en la entonces Capitanía General de Venezuela.
Un mes después habría asonada revolucionaria en el Río de la Plata. Las características de ambas revueltas son muy similares. Los protagonistas: criollos en contacto con la nuevas ideas iluministas, dueños de poder económico y social pero no político; el escenario: la plaza principal y sus instituciones, el Cabildo, la Iglesia; el sentimiento: repudio a la monarquía absoluta y al imperio de Francia en la persona de José I, hermano de Napoleón.
En ambos casos los representantes de España: Vicente Emparan en Venezuela y Baltasar Hidalgo de Cisneros en Buenos Aires, debieron abandonar sus cargos instados por la reunión del pueblo en el Cabildo o la Plaza Mayor de la ciudad.
Bien pueden estas tierras llamarse hermanas entonces.
Víctimas de los mismos abusos pero también de las mismas ambiciones. Algunas bien habidas, aunque otras mal fundadas. Como la ambición de cierta élite criolla por el libre comercio, solo con el afán de ampliar su acceso a la riqueza. La misma élite que tenía espurias aspiraciones, centradas en el posicionamiento económico-social encumbrado y a cualquier precio.
Afortunadamente para ambas sociedades también entraron en escena personalidades de espíritu decidido y vigoroso, con una acertada preparación en las funciones y decisiones que la hora les requería; líderes militares y políticos con ánimo de gesta y una base social dispuesta a seguirlos.
Personalidades como Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Andrés Bello, en la bella Venezuela o Manuel Belgrano, Mariano Moreno, José Francisco de San Martín en el populoso Río de la Plata.
Hombres que como dijera alguna vez Manuel Belgrano no aspiraron a ser Padres de la Patria sino sus mejores hijos.
BOLIVAR EN 1810
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Libertador Simón Bolívar |
Después de los sucesos del 19 de Abril de 1810, Bolívar es enviado a Inglaterra con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática, para lograr el reconocimiento de la nación que acababa de nacer.
A su regreso a Venezuela da el siguiente discurso en favor de la independencia americana ante la Sociedad Patriótica.
Caracas, 4
de julio de 1811
No es que hay dos Congresos. ¿Cómo fomentarán el cisma los que conocen más la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar, para dormir en los brazos de la apatía, ayer fue una mengua, hoy es una traición. Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar decidido. ¿Y qué dicen? que debemos comenzar por una confederación, como si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos atender a los resultados de la política de España. ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resultados a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse con calma! Trescientos años de calma ¿no basta?. La Junta Patriótica respeta, como debe, al Congreso de la nación, pero el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos.
Que una comisión del seno de este cuerpo lleve al soberano Congreso estos sentimientos.
"Primogénita ilustre del Plata,
En solar apertura hacia el Este.
Donde atado a tu cinta celeste
Va el gran río color de león...
(Fragmento del poema "A Buenos Aires"
de Leopoldo Lugones)
Cuando los españoles avistaron por primera vez estas tierras en 1516, creyeron internarse en un mar que ingresaba al interior del territorio. Al probar las aguas “color de león” de estas regiones comprobaron que eran dulces. Sin poder renunciar a la idea de que estaban en presencia de un mar y no de un río asombrosamente ancho, llamaron a nuestro Rio de la Plata: “Mar Dulce”.En solar apertura hacia el Este.
Donde atado a tu cinta celeste
Va el gran río color de león...
(Fragmento del poema "A Buenos Aires"
de Leopoldo Lugones)
Los rioplatenses amamos su turbiedad, sabemos que gracias a ella –provocada por el limo que forma el Paraná al bajar hacia el Atlántico- esta región se torna más rica y fecunda cada día. Las islas que lentamente se han ido formando en su desembocadura son cuencos de tierra fértil, la variedad de especies frutales lo corrobora.
Los revolucionarios de Mayo no han escapado a los designios metafóricos del Rio de la Plata. Inmersos en el mar de las nuevas ideas y empecinados en no ver las fértiles pero turbias complejidades de la hora, confundieron el rio con el mar, para suerte o desdicha de la América toda.
Quizás haya sido Mariano Morena el más empecinado, Manuel Belgrano el más convencido, Juan José Castelli el más vehemente defensor de la Revolución. Pero este ámbito tan jacobino en sus orígenes, era un ancho y turbio río de intereses, tradiciones y hábitos arraigados. Especialmente los de la burguesía del puerto de Buenos Aires. Dos orillas, dos corrientes comenzaron a agitar y enturbiar las aguas de la Revolución: lealtad a Fernando VII, el Consejo de Regencia o la Junta Central de Sevilla... o Independencia, y mas tarde ¿centralismo o federalismo?.
El Rio de la Plata, fue a la vez vanguardia revolucionaria y fuente de discordia entre los que quisieron imitarla, resistirla o propagarla. Intereses sectoriales no pocas veces pugnaron por mantener a Buenos Aires como centro de poder y decisión de los nuevos territorios que la Revolución liberaba.
Esto provocó la temprana segregación de espacios muy importantes como el Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental; a la vez que frenó la prédica y acción de líderes decididos como José Gervasio de Artigas.
Para fortuna de la Revolución y su causa, la llegada en 1812 de la prodigiosa figura de José de San Martín dió nueva fuerza a la misión liberadora de la Revolución de Mayo en Sudamérica.

"Yo servía en el ejército español en 1811. Veinte años de honrados servicios me habían atraído alguna consideración, sin embargo de ser americano; supe de la revolución de mi país, y al abandonar mi fortuna y mis esperanzas, sólo sentía no tener más que sacrificar al deseo de contribuir a la libertad de mi patria; llegué a Buenos Aires a principios de 1812 y desde entonces me consagré a la causa de América: sus enemigos podrán decir si mis servicios han sido útiles."
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/frases/san_martin/escritos_san_martin.php
"La Revolución"
óleo por Valentine Cameron Prinsep
óleo por Valentine Cameron Prinsep
Los tambores de la Revolución Francesa aún resonaban en todo el mundo. Las ideas aún prohibidas por las monarquías y la Iglesia se leían con fruición. Los jóvenes letrados americanos participaban de ellas y a ellas tenían acceso.
Napoleón se subrogaba el derecho a ser el "heredero de la revolución", quien recogiera el parche; pretensión que no todos aceptaban y menos aún fuera de Francia.
En 1808 España ardía en furia... y se reunía en Juntas Constitutivas contra el hermano de Napoleón...
"Viva la Pepa" (Viva la Constitución, la enemiga de José , "La Pepa") le gritaba el pueblo mas español que nunca.
Napoleón se subrogaba el derecho a ser el "heredero de la revolución", quien recogiera el parche; pretensión que no todos aceptaban y menos aún fuera de Francia.
En 1808 España ardía en furia... y se reunía en Juntas Constitutivas contra el hermano de Napoleón...
"Viva la Pepa" (Viva la Constitución, la enemiga de José , "La Pepa") le gritaba el pueblo mas español que nunca.
En este panorama y en pos de la Libertad, en la contienda por la Justicia y el Derecho las colonias hispanoamericanas aportaron, en el año de 1810, una de las páginas mas estupendas a la historia del mundo.
Cresta de una ola iniciada hacia finales del siglo XVIII y que tendría su culminación en los campos de Ayacucho, cuando América era "un continente estremecido".
El ideólogo de la Revolución
Es en la formación mental, espiritual, psicológica de Mariano Moreno donde el influjo de las ideas iluministas se observa con mas fuerza. Lector de Montesquieu, Bacon, Reynal, Jefferson, Jovellanos y devoto de Rousseau, construyo desde el lenguaje de sus escritos el fin del ciclo colonial y el nacimientos en tierras americanas del pacto social y de la soberanía del pueblo.
De espíritu firme escribió...
“…Conozco los peligros que tendrá que vencer un magistrado para gobernar los negocios en tiempos tan expuestos. La variación presente no debe limitarse a suplantar los funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración: desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido; promover el remedio de los males que afligen al Estado; excitar y dirigir el espíritu publico; educar al pueblo; destruir a sus enemigos y dar nueva vida a las provincias.
Si el gobierno huye el trabajo, si sigue las huellas de sus predecesores conservando alianza con la corrupción y el desorden, hace traición a las justas esperanzas del pueblo y llega a ser indigno de los altos deberes que se le han encomendado…”
Si el gobierno huye el trabajo, si sigue las huellas de sus predecesores conservando alianza con la corrupción y el desorden, hace traición a las justas esperanzas del pueblo y llega a ser indigno de los altos deberes que se le han encomendado…”
MANUEL BELGRANO
La Revolución encarnada
Corresponde a Belgrano -a quien Gondra denomina el maestro, el iniciador revolucionario- una participación principalísima en la divulgación de las nuevas ideas.
Con su gran influjo moral "el bachiller de Valladolid" hace escuela, esclarece conciencias .
Sus ideas, sus presentimientos, sus convicciones le ganan la fama de "incorruptible".
En los momentos difíciles de la Revolución, solo en él se podrá confiar.
Su apellido –de origen genovés- significa “buena semilla, bellos cultivos = bell grano-“.
Nunca mejor honrado en su caso ya que algunos de sus desvelos principales serán la agricultura y la educación (cultivar y cultivarse)
“Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún adelantamiento del labrador (...) [es] porque no se mira a la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio, de reflexiones o de reglas.
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio desde la infancia, proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males de la sociedad."
"Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio."
Llegaba a ligar el amor al trabajo y las virtudes básicas de todo ciudadano con la educación primaria. Según su pensamiento, ninguna sociedad podía progresar si sus habitantes no tenían aprecio por el trabajo y esfuerzo y eran virtuosos:
"¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?"
Más adelante, en el mismo Correo de Comercio, volvía a insistir en la formación de valores:
"¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe, la decencia, la beneficencia, el espíritu, y que estas cualidades son tan necesarias al hombre como la razón de la que preceden. Ruboricémonos, pero digámoslo: nadie. (...) Nuestros lectores tal vez se fastidiarán con que le hablemos tanto de escuelas; pero que se convenzan de que existen en un país nuevo que necesita echar los fundamentos de su prosperidad perpetua y que aquéllos para ser sólidos y permanentes es preciso que se compongan de las virtudes morales y sociales, que sólo pueden imprimirse bien, presentando a la juventud buenos ejemplos"
Debido a la importancia que asignaba a la educación es que se ocupaba de que ésta fuese impartida del modo que él consideraba el más adecuado y eficiente. Limitaba los castigos corporales, que representaban un hábito muy arraigado en la sociedad. Eliminaba, en gran medida, la humillación pública del alumno incorregible, por considerar que era contraproducente e innecesaria.
En sus
campamentos, mientras sus ejércitos liberaban pueblos, fundaba “colegios de
campaña”, donde se educaban indistintamente varones y niñas –algo inusual
para su época- sin distinción de razas y condición social.
(Fragmentos extraídos de: "Manuel Belgrano: autobiografía y memorias" y
de "Manuel Belgrano: sus cartas y otros escritos" Ed. Santiago , Bs. As. 1994)
El Vocero de la Revolución
Según Julio César Chavez fue el “Adalid de la Revolución”.
Abogado, periodista, interpretó la Revolución desde el Derecho aplicado a las nuevas ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Fue su voz y su palabra. Soñó con una América modelo de las nuevas ideas., de la Justicia, de un nuevo Orden, mas humano y justo. Pretendió restituir a la América Indígena su legítima unión con la tierra.
Hizo de sus dichos Verbo, Palabra hecha Acto.
Como su primo Manuel Belgrano, fue insobornable frente a la Revolución.
Como muchos justos soportó acusaciones, juzgamiento y destierro.
Sufrió mucho y enfermó. Y el mal se asentó en el lugar de su cuerpo donde se cumplió mejor su misión histórica: murió de un cáncer de lengua….
Pero no murió…; pero todavía habla.
“Ningún tirano haría progresos si no hubieren malvados que conducidos por el egoísmo y arrastrados por el torrente de la pasiones antisociales, no sirviesen de apoyo al trono erigido por los déspotas entre las ruinas de la virtud y derechos más augustos del hombre”.
“Sabed que el gobierno de donde yo procedo solo aspira a restituir a los pueblos su libertad civil y que vosotros bajo su protección viviréis libres gozando en paz juntamente con nosotros esos derechos originarios que nos usurpó la fuerza. En una palabra, la junta de la capital os mirará como a hermanos, y os considerará como iguales, éste es todo su plan, y jamás discrepará de él mi conducta”. “Si el Pueblo es el origen de toda autoridad, y el magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses, es un deber suyo manifestar los motivos que determinan sus operaciones”.
“Un corazón formado en la intriga y habituado al crimen no puede ocultar por mucho tiempo el veneno que lo alimenta, y aunque la explosión de su malicia se dilata algunas veces, al fin se descubre sus progresos” “La muerte será la mayor recompensa de mis fatigas, cuando haya visto ya expirar a todos los enemigos de mi patria, porque entonces nada tendrá que desear mi corazón, y mi esperanza quedará en una eterna apatía, al ver asegurada para siempre la libertad del Pueblo Americano”.
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