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MARIANO MORENO
El ideólogo de la Revolución
Es en la formación mental, espiritual, psicológica de Mariano Moreno donde el influjo de las ideas iluministas se observa con mas fuerza. Lector de Montesquieu, Bacon, Reynal, Jefferson, Jovellanos y devoto de Rousseau, construyo desde el lenguaje de sus escritos el fin del ciclo colonial y el nacimientos en tierras americanas del pacto social y de la soberanía del pueblo.
De espíritu firme escribió...
“…Conozco los peligros que tendrá que vencer un magistrado para gobernar los negocios en tiempos tan expuestos. La variación presente no debe limitarse a suplantar los funcionarios públicos e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración: desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido; promover el remedio de los males que afligen al Estado; excitar y dirigir el espíritu publico; educar al pueblo; destruir a sus enemigos y dar nueva vida a las provincias.

Si el gobierno huy
e el trabajo, si sigue las huellas de sus predecesores conservando alianza con la corrupción y el desorden, hace traición a las justas esperanzas del pueblo y llega a ser indigno de los altos deberes que se le han encomendado…”




 

MANUEL BELGRANO 
 
La Revolución encarnada

Corresponde a Belgrano -a quien Gondra denomina el maestro, el iniciador revolucionario- una participación principalísima en la divulgación de las nuevas ideas.
Con su gran influjo moral "el bachiller de Valladolid" hace escuela, esclarece conciencias .

Sus ideas, sus presentimientos, sus convicciones le ganan la fama de "incorruptible".
En los momentos difíciles de la Revolución, solo en él se podrá
confiar.
Su apellido –de origen genovés- significa “buena semilla, bellos cultivos = bell grano-“.

Nunca mejor honrado en su caso ya que algunos de sus desvelos principales serán la agricultura y la educación (cultivar y cultivarse)

“Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún adelantamiento del labrador (...) [es] porque no se mira a la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio, de reflexiones o de reglas.
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio desde la infancia, proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males de la sociedad."
"Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio."
Llegaba a ligar el amor al trabajo y las virtudes básicas de todo ciudadano con la educación primaria. Según su pensamiento, ninguna sociedad podía progresar si sus habitantes no tenían aprecio por el trabajo y esfuerzo y eran virtuosos:

"¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?"

Más adelante, en el mismo Correo de Comercio, volvía a insistir en la formación de valores:
"¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe, la decencia, la beneficencia, el espíritu, y que estas cualidades son tan necesarias al hombre como la razón de la que preceden. Ruboricémonos, pero digámoslo: nadie. (...) Nuestros lectores tal vez se fastidiarán con que le hablemos tanto de escuelas; pero que se convenzan de que existen en un país nuevo que necesita echar los fundamentos de su prosperidad perpetua y que aquéllos para ser sólidos y permanentes es preciso que se compongan de las virtudes morales y sociales, que sólo pueden imprimirse bien, presentando a la juventud buenos ejemplos"

Debido a la importancia que asignaba a la educación es que se ocupaba de que ésta fuese impartida del modo que él consideraba el más adecuado y eficiente. Limitaba los castigos corporales, que representaban un hábito muy arraigado en la sociedad. Eliminaba, en gran medida, la humillación pública del alumno incorregible, por considerar que era contraproducente e innecesaria.
En sus campamentos, mientras sus ejércitos liberaban pueblos, fundaba “colegios de campaña”, donde se educaban indistintamente varones y niñas –algo inusual para su época- sin distinción de razas y condición social.


(Fragmentos extraídos de: "Manuel Belgrano: autobiografía y memorias" y
 de "Manuel Belgrano: sus cartas y otros escritos"  Ed. Santiago , Bs. As. 1994)




JUAN JOSÉ CASTELLI:


El Vocero de la Revolución


Según Julio César Chavez fue el “Adalid de la Revolución”. 

Abogado, periodista, interpretó la Revolución desde el Derecho aplicado a las nuevas ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Fue su voz y su palabra. Soñó con una América modelo de las nuevas ideas., de la Justicia, de un nuevo Orden, mas humano y justo. Pretendió restituir a la América Indígena su legítima unión con la tierra.

Hizo de sus dichos Verbo, Palabra hecha Acto.
Como su primo Manuel Bel
grano,  fue insobornable frente a la Revolución.
Como muchos justos soportó acusaciones, juzgamie
nto y destierro.
Sufrió mucho y enfermó. Y el mal se asentó en el lugar de su cuerpo donde se cumplió mejor su misión histórica: murió de un cáncer de lengua….

Pero no murió…;  pero todavía habla. 





“Ningún tirano haría progresos si no hubieren malvados que conducidos por el egoísmo y arrastrados por el torrente de la pasiones antisociales, no sirviesen de apoyo al trono erigido por los déspotas entre las ruinas de la virtud y derechos más augustos del hombre”.

“Sabed que el gobierno de donde yo procedo solo aspira a restituir a los pueblos su libertad civil y que vosotros bajo su protección viviréis libres gozando en paz juntamente con nosotros esos derechos originarios que nos usurpó la fuerza. En una palabra, la junta de la capital os mirará como a hermanos, y os considerará como iguales, éste es todo su plan, y jamás discrepará de él mi conducta”. “Si el Pueblo es el origen de toda autoridad, y el magistrado no es sino un precario ecónomo de sus intereses, es un deber suyo manifestar los motivos que determinan sus operaciones”.
“Un corazón formado en la intriga y habituado al crimen no puede ocultar por mucho tiempo el veneno que lo alimenta, y aunque la explosión de su malicia se dilata algunas veces, al fin se descubre sus progresos” “La muerte será la mayor recompensa de mis fatigas, cuando haya visto ya expirar a todos los enemigos de mi patria, porque entonces nada tendrá que desear mi corazón, y mi esperanza quedará en una eterna apatía, al ver asegurada para siempre la libertad del Pueblo Americano”.





 






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